50 sombras

Sí, he vuelto, no estáis soñando, no sé cuánto durará pero aquí estoy otra vez, escribiendo en este blog, y con esta son 100 entradas ya. Ayer tuve otra vez una conversación sobre la trilogía de libros (y ahora de películas) 50 sombras de Grey, y digo otra vez porque se ha viralizado tanto esto que tengo la sensación de tener las mismas conversaciones una y otra vez, más ahora que vuelve a estar de moda por el estreno de la película. No es fácil escribir nada nuevo sobre el tema ni lo pretendo, así que me limitaré a dar mi opinión sobre todo esto. Por supuesto habrá spoilers, así que si alguien cree que le puede desvelar algo de la trama que se le haya escapado y no quiere saberlo (como si fuera un libro que se leyera por la trama 😉 ), que espere al post siguiente para leerme. Quien quiera saber de qué va sin leerlo ni ver la película puede ver en gifs un resumen gracioso aquí.

Cómo llegué al libro50-sombras-de-Grey_portada

Por curiosidad.

cri, cri, cri

¿Tengo que decir algo más? Al parecer sí, cuando alguien te pregunta si has leído este libro en concreto, pone cara rara, espera algo más, como si no entrara en su cabeza que puedes leerlo, que eres libre de hacerlo y que puedes sin que nadie te obligue.

En mi caso había oído hablar de él, mucho, no tanto como ahora que puede saturar, pero sí como para hacerme una idea previa: que no era bueno, que era erótico, que había vendido mucho, que lo vendían como libro erótico de BDSM, que era muy suave en ese sentido y que era bastante odiado. Bueno, el calificativo de libro malo se lo dan a muchos diferentes, e igual que de vez en cuando veo pelis malas, puedo leer uno si tengo curiosidad, y en este caso me entró, así que conseguí una copia y me puse con él.

Calidad

¿Alguien le pide a las pelis porno que ve buena fotografía y un guión estructurado? ¿Nadie? Bien, eso que nos ahorramos.

caca whatsappLiterariamente no es la octava maravilla, repite una y otra vez los mismos recursos y hay frases que denotan que el editor estaba falto de café al revisar, supongo que no esperaban tanto éxito. La historia de amor es la de cualquier comedia romántica de ahora sí, ahora no, ay que estás bueno y me pones, tengo dudas, me voy o no. Marear la perdiz entre dos tortolitos mientras hay escenas de sexo explícito es lo que hacen muchos libros de género erótico, ese género casi olvidado, tabú hasta hace poco, donde no interesaba la calidad y sobre el que muchos afirman que hay buenos libros bien escritos pero pocos dicen qué libros son esos. Este desde luego no está incluido en tan selecto grupo, es malo.

En cuanto a lo que excita el libro, allá cada uno, si hay tantos géneros dentro del porno, es porque hay muchos gustos diferentes a la hora de darse al onanismo, no puedo decir algo objetivo sobre si da para pajas, sólo que repite hasta hartar a la maldita diosa interior, que alguien le regale un diccionario de sinónimos a la autora, le vendrá bien. Eso sí, sado poco, en todo el primer libro a lo que más llegan es a los azotes; explican un poco lo que es (poco, el protagonista sabe de que va, ella busca en Internet y con eso se evita la autora dar muchos detalles informativos), negocian el contrato, lo firman… pero luego no le hacen ni caso.

Una cosa que me llamó la atención es que tardan bastante en tener la primera escena de sexo, y entre una y otra reflexionan bastante, quien lea despacio más vale que le guste leer la historia de amor, o correrá el riesgo de dormirse leyendo mientras espera acción.

Christian Grey, el amo ¿en la cama?

El protagonista masculino, es de lo más controvertido. Lo pintan como multimillonario, es el recurso fácil, así puede tener ropa elegante con la que vestir bien, ir a restaurantes guays, hacer planes románticos sin obstáculos, y tener escenas en lugares paradisiacos o en una habitación de juegos con cientos de cosas de su propiedad. Jefe de una empresa, hay a quien le gusta la erótica del poder y de algún modo tenía que ser multimillonario, a la autora no se le escapó que quedaba mejor que ser sólo el niño de papá. Además es guapo, obviamente, se supone que excitará y eso. Lo controvertido está en su personalidad. Quiere controlarlo todo, le va el sado, deja intuir que duro además, el problema es que a lo largo del libro en la cama es donde menos domina, del polvo vainilla inicial al final hay poco de ese sexo duro, sin embargo en la vida sí que la domina, «no te pongas esa ropa», «llevarás estas rutinas», «no puedes salir si me parece mal en ese momento», «te controlo en el trabajo comprando la empresa», «espío lo que haces»…. un angelito.

Nada que objetar a que haya personajes así en la literatura, todo lleno de personajes blancos sería muy aburrido y a estas alturas no me voy a meter con lo que le pone a cada uno para fantasear un rato. Yo lo comparo con los personajes de series que gustan tanto por sus borderías, a muchos les parecen divertidos desde la pantalla pero no los aguantarían en persona. Preocupante sí que es que haya quien busque alguien así en la vida real, al menos para fuera de la cama, que dentro mientras sea consentido cada uno con sus gustos.

Anastasia Steele, «la sumisa» por espabilar

Sosita, educada, culta, mona, tímida con punto sexy cuando lo es, virgen… El sueño de muchos, la inocente a pervertir. Inocente es un bonito eufemismo de tontita para algunas cosas. Como ceder, siempre, en todo lo concerniente a su vida, él manda, y si no manda, ella se enfada, discuten, acaba cediendo ella. Al final esa espiral de dejarle a él cada vez más control se acaba pareciendo mucho a la del maltrato psicológico. Así que pasé de querer darle collejas por dejarse tanto a que me diera pena y pensar si no estaría culpando a la víctima de un maltrato.

De nuevo, nada que objetar a que haya una historia así en la literatura, siempre que se quede ahí y se evite tomar de ejemplo. Al fin y al cabo la gente adulta y cabal no coge un libro erótico esperando lecciones de vida, hay mucha gente que no cumple esas dos condiciones, pero eso no es culpa de un librito.

El libro prohibido

Pincha en la imagen para leer noticia sobre gente que literalmente quedó para quemar el libro.

Pincha en la imagen para leer noticia sobre gente que literalmente quedó para quemar el libro.

No deja de ser irónico que el libro que ha llevado a la fama otra vez el género de literatura erótica, que lo haya sacado del tabú, sea el que ahora parezca mal leer. La cultura popular lo ha condenado, esta vez no ha sido por mojigatería, eso parece superado, al menos para la mayoría, corrientes religiosas aparte, pero tras el fenómeno fan (que le vino tras el boca a boca, que llegó tras subirse al carro de Crepúsculo) llegó el fenómeno anti fan. Una corriente de odio hacia el libro que se ha extendido mucho más que la de aceptación. Internet hace de altavoz. Está de moda odiarlo. El pueblo ha dado su veredicto.No basta con la indiferencia hacia un mal producto, parece que haya que darle más publicidad.

Lo malo es cuando esta corriente se extiende hacia los fans, despreciándolos, despreciando a gente porque les guste un libro indigno. Ains, si todos esos esfuerzos se dedicaran hacia todos los malos productos, no existirían los restaurantes de comida basura, ni las películas de nivel por debajo de Scorsese, todos leeríamos a Dostoyevski, nadie vería vídeos del estilo 2 girls 1 cup, Torbe moriría de hambre y nadie escucharía pachanga en los bares tras un calimocho con el vino más barato. O tal vez sí, pero quien contraviniera la norma sería juzgado por el «¿por qué lees eso? Si eres ingeniera/lista/tienes pareja/eres humana» (y eso sin gustarte, sólo abrirlo ya requiere justificación, si te llega a gustar…). Pero esto es el mundo real, y sólo algunos productos elegidos sufren esas oleadas masivas de odio, para el resto queda la indiferencia del Hakuna Matata, que lo use quien le guste y a otra cosa.

Buenos malos

A veces, cuando leo un libro o veo una película, el protagonista es tan plano, perfecto, bueno o soso, que me resulta más interesante la parte en la que sale el malo. Para mí, un malvado carismático, inteligente o divertido, puede sumar muchos puntos en una obra, y hasta eclipsar al protagonista. Al fin y al cabo, si el protagonista lucha con un demonio malísimo sin personalidad y le gana con un chasquido de dedos, ¿qué interés tiene eso? Aquí algunos de mis » mejores malos»:

Un hombre culto, amable, educado, misterioso, que puede hacerte sentir escalofríos en una conversación. Si añado que es asesino y caníbal ya lo habréis adivinado, el doctor Hannibal Lecter, de El silencio de los corderos. Conocedor de la psicología humana y un gran manipulador. Puede incomodar con una mirada si es lo que quiere, o hacer que le admiren y le mimem antes de asesinarlos brutalmente y comérselos, a veces con una elegancia exquisita. La Clarice que interpreta Jodie Foster está a su altura, pero en el resto de las películas es Hannibal quien se lleva la gloria, a quien recuerdas después.

A veces lo que más influye no es el personaje en sí, si no el actor. En Pactar con el Diablo, Al Pacino tiene un Diablo tan carismático, que se merienda a Keanu Reeves. En la lucha final, a lo mejor es porque no me había convencido del todo la película, pero estaba deseando que ganara el mal, era mucho mejor.

«Uno de los dos tenía que morir. Conmigo lo normal es que sea el otro» (Frank Costello)

Una de las frases del mafioso más peligroso de Infiltrados, el no sigue las reglas, las hace, el resto baila a su conveniencia. Va un paso por delante de la policía, hace saber a los de su alrededor que él es quien manda y cuando quiere puede ser sumamente desagradable, sabe poner nerviosa a la gente y es más inteligente de lo que parece. Un cabrón que hace más interesante la película (que dicho sea de paso es una de las mejores que he visto).

«No quiero verme condicionado por mi entorno. Quiero que mi entorno se vea condicionado por mí. Hace años teníamos la Iglesia, que no era más que una forma de decir que sólo nos teníamos los unos a los otros. Los Caballeros de Colón eran auténticas bestias, espagueti de pura cepa, se hicieron con su parte de la ciudad. Veinte años después de que un irlandés no consiguiera un puto trabajo tuvimos la presidencia, que en paz descanse. Eso es lo que los negros no entienden. Si tengo algo en contra de la gente de color es eso: nadie te da nada, tienes que cogerlo.» (Frank Costello)


Y como no, no podía terminar esta entrada sin hablar de Milady de Winter. Personaje de Los tres mosqueteros (A. Dumas). Dama francesa en el siglo XVII, inteligente, bella, puede seducir a un hombre solo con una buena conversación, consciente de su poder y capaz de hacer que los  hombres lleguen a asesinar para complacer sus deseos . Ellos creen que la intentan conquistar cuando es ella la que en realidad les ha seducido antes; ellas recelan, ven más sus artes, aunque no le dirán nada por el poder que ha conseguido en la corte. El cardenal Richelieu, primer ministro del rey Francés es quien le pide favores, a cambio de su protección y su influencia. Peligrosa criatura, de frágil apariencia pero mentalmente más fuerte que los hombres que la rodean, aprendió a sobrevivir de joven, y a pesar de ser un proscrita en su pueblo natal, ya lleva dos matrimonios con hombres de noble cuna (un conde francés y un lord inglés).

Por supuesto su personaje es mucho más interesante que la otra mujer importante en la vida de D’Artagnan, Constance Bonacieux, dulce, delicada, guapa, cuyo único gran defecto es ser un poco ingenua. Me quedo con Milady, lástima que en la versión de Disney y en las últimas películas no hayan sacado lo bueno de este personaje en el libro y la hayan relegado a un estúpido papel de simple guapa mala, ¿les intimidará?

Por supuesto hay algunos más de estos buenos antagonistas, como el Joker (no sabría elegir si el de Nickolson o el de Ledger), o el coronel Hands Landa de Malditos Bastardos, pero los dejo para otra ocasión.

Un libro

  • Título: Yo maté  a Sherezade.
  • Autora: Joumana Haddad
  • Editorial: debate
  • Género: Ensayo.

¿Por qué leerlo?

«Un libro revelador y audaz sobre las mujeres en el mundo árabe. Nos abre los ojos, acaba con nuestros prejuicios y además es entretenidísimo.» (Mario Vargas Llosa)

Lo estaba releyendo buscando una cita y me ha vuelto a enganchar, y casi sin querer me leí anoche más de la mitad de sus 140 páginas. Su autora, libanesa, nos da su visión de la mujer árabe desde su experiencia personal, empezando de niña, cuando sus padres (cristianos tradicionales) la dejaban sola en casa, lo que ellos no sabían es que Joumana aprovechaba para leer los libros que no le permitían, en especial leía al marqués de Sade; hasta ahora, que es poetisa, periodista y traductora además de escribir una revista en árabe sobre el erotismo. Toda una contradicción hacia la imagen que se tiene en occidente de las mujeres árabes.

Pero no estoy siendo justa con el libro, contado así parece mucho más soso y aburrido. Y no es nada de eso, es entretenido, impactante y reivindicativo. Habla de fe, de feminismo, de feminidad, de como te marca la guerra, todo ello sin victimismos, con un toque de reivindicación y sin adornos, ensalzando la individualidad y el crecimiento personal por encima de la colectividad.

Yo lo descubrí al leer esta entrevista a su autora: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/21/internacional/1300722712.html

Pero creo que nada de lo que diga puede hacerle justicia, mejor que se exprese ella, así es como se presenta el libro:

«Querido lector: Permítame que le advierta ya desde el principio: no tengo fama de facilitar la vida de nadie. Por lo tanto, si busca aquí verdades que cree saber y pruebas que cree tener ya; si desea ver corroboradas sus opiniones orientalistas, o quiere reafirmar sus prejuicios antiárabes; si espera oír el soniquete interminable acerca del choque de civilizaciones, entonces es mejor que no siga leyendo. En este libro haré todo cuanto esté en mi mano por defraudarle. Intentaré decepcionarle, desencantarle, desposeerle de sus quimeras y opiniones preelaboradas. Queda avisado.»

Y recomiendo en especial el capítulo 5, Una mujer árabe que redefine su sexualidad. Toda una declaración de intenciones, aborda el tema del feminismo sin perder la feminidad, sin rechazar por ello al hombre. Inspirador para ambos mundos (oriental y occidental), ¿no creéis?

«Soy, sin duda, lo que se dice una mujer <<con un par de pelotas>>, pero no tengo envidia del pene.»

 

«Como mujer necesito un hombre. De eso no hay duda. Y adoro esa necesidad, y la acepto, y la cultivo, y me siento orgullosa de ella. Como mujer sé que el hombre también me necesita. Y adoro esa necesidad, y la acepto, y la cultivo, y me siento orgullosa también de ella. Pero existe una gran diferencia entre necesitar al otro y depender del otro hasta convertirse en un mero apéndice, un accesorio, de él o de ella.»

Puede que no esté de acuerdo con todas sus ideas, es lo bueno de ser humanos, todos diferentes, pero el hecho de que este libro me haga pensar, sin ese tufillo de pseudointelectualismo y profundidad al que aspiran muchos otros hace que lo considere un buen libro. También influye el hecho de que me sorprendió, y aunque estoy en la veintena, me doy cuenta de que ya no es tan fácil hacerlo.

Por último, quien quiera creer que es un libro sólo para mujeres, se equivoca, es para cualquiera que tenga curiosidad y valentía para acercarse a esta «chica rebelde».

Más información: